miércoles, 29 de abril de 2009

Museo Diocesano y palacio episcopal, recientemente restaurados con el dinero laico del gobierno de Aragón. ¿No cabría preguntarse cómo puede sentirse un ateo cuando el príncipe de la Iglesia, cardenal Rouco Varela y demás adláteres, lanzan esos furibundos ataques contra su pensamiento, mientras él, indefenso pagano (de pagar) contempla la sustracción de sus impuestos de la educación de sus hijos, para que ellos, los princeps gestores de la Divinidad, puedan vivir cómodamente en estos modernos palacios, que les salen gratis?. ¡Qué banda...! Si Jesús de Nazaret regresará, sin duda, los expulsaría de sus poltronas.

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