viernes, 10 de julio de 2009
jueves, 9 de julio de 2009
Entrenando a Mushee para la codorniz ( I )
El otro día mi amigo Javier, cazador apasionado, me preguntó si le acompañaba a "levantar unas codornices". A mi, me gusta mucho pasear por el campo aunque no soy cazador, y como no tenía nada qué hacer, pues acepté encantado de inmediato. Desciendo de varias generaciones de cazadores y tengo muchos amigos que lo son, pero a mi no me ha dado por ahí, simplemente me complace observar a los animales libres por el monte. A mediados de Agosto se levanta la veda de la codorniz, y Javier quiere tener bien entrenada a "Mushee", una magnífica perra de pura raza alemana, cuyo nombre he olvidado. Es un animal fiel, docil, joven, vigoroso, e impulsivo y entusiasta, como toda juventud. Fuimos, en primer lugar, a recogerla a la extremadamente límpia perrera donde la guarda, que por lo bien que están parece un hotel de cuatro estrellas.
Cuando llegamos al campo, encontramos a un amigo de Javier, quien del mismo modo que nosotros, venía a hacer lo mismo con su perro, un precioso "setter" negro, flaco y corredor.
Pronto la impetuosa "Mushee", nada más pisar la garba de ordio recién segada sintió una excitación exultante, su instinto cazador le decía que por allí había "algo".
Y con su nuevo amigo el flaco "setter" negro, corretearon de lo lindo sobre el ratrojo punzante. Al fondo, las montañas del principio del Valle de Tena presidían sus carreras.
El "setter" se ha parado husmeando algún bayo de codorniz. Al fondo, los montes de Santa Orosia y Oturia.
La sed y las ganas de refrescarse de "Mushee" han hecho que nos lleve hacia esa maleza que esconde una acequia. Las codornices, claro, hacen lo mismo: el agua y la sombra fresquita también les gusta.
La perra es un animal impetuoso en exceso, que corre, corre, corre y corre desaforada ante los rastros, para desespero de Javier porque se dispersa mucho, y si lo hace en la temporada su alboroto ahuyenta mucha caza, y eso le frustra; ahora es el momento de domeñarla y prepararla, intentando que no se le vayan las codornices al sembrado de trigo próximo, con la esperanza que la educación recibida sirva durante la temporada para siga las pautas apropiadas. Como todo en la vida, es una mera cuestión de aprendizaje.
Y "Mushee" es una cazadora tenaz, cuando la codorniz se le va al sembrado, no duda en lanzarse a por ella, aunque allí es mucho más dificil encontrarla. Mañana continuaremos con la serie.
miércoles, 8 de julio de 2009
Paseo por los valles de la Guarguera y Nocito (Huesca)
Tras terminar la etapa del Tour, decido hacer un raid fotográfico de estos valles prepirináicos, con el fin de tomar imágenes y pasar el rato. Me acerqué hasta Artosilla, un pueblo repoblado hace algunos años por unos hippies urbanitas; en la actualidad viven cuatro familias. Luego, por una pista de tierra subí la montaña de Monrepós para descender hasta el valle de Nocito, un lugar de verdadera lujuria para la vista. Después y por la vertiente sur del alto de Monrepós, pasando por Belsué -pueblo medieval que merece una visita más pausada- llegar hasta Arguis; y vuelta de regreso a Sabiñánigo, pues a las doce de la noche entro a trabajar.
Visitamos primero Artosilla, un pequeño nucleo perdido entre estas montañas, al que mañana dedicaremos su entrada correspondiente.
Cerca de la pardina de Lasaosa, estos nobles animales meriendan dentro de su cercado junto al camino.
Cima de Monrepós, desde la que puede contemplarse esta magnífica vista sobre el Valle del río Guarga.
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