domingo, 15 de febrero de 2009

Campo Municipal de Fútbol de Barbastro


Aquí juega sus partidos la Unión Deportiva Barbastro. En mi juventud pasé gozosamente muchas horas bajo esos palos, pues jugaba de portero. Siempre me gustó ese puesto y nunca supe el por qué; supongo que se debía al placer que daban las paradas, a la mirada cómplice del colega defensa cuando evitabas un gol y tapabas su error; o esa acción que en un momento de desconcierto en el juego del equipo evitaba el gol contrario, y a partir de ahí el juego colectivo volvía de nuevo a carburar; o el primer contacto con el balón, al que yo siempre le daba una importancia capital: si la acción era acertada, habría un buen partido por delante, sino... Cuando años más tarde descubrí que Eduardo Chillida y Albert Camus también fueron porteros de fútbol en su juventud, no puedo negar que sentí un profundo e íntimo orgullo; además, me confieso fiel seguidor del gran Andoni Zubizarreta en su excelente columna de la sección de Deportes de El País, de quien ya conocía desde sus tiempos como portero del Barça su afición a la lectura. Entonces respiraba aliviado con sus paradas, ahora saboreo su inteligente y sensata prosa. Ya quisieran escribir como tú, Zubi, algunos de esos engolados y presuntuosos periodistas sebosos y grasientos que ensucian la prensa diaria con su insidia rencorosa, y que además no han hecho otra cosa en su vida.

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