martes, 16 de marzo de 2010

El edificio anexo al templo bajo el amenazante cielo de este lluvioso invierno es el albergue de jornada que utilizaban en tiempos antiguos los pastores transhumantes, cuando a finales de la primavera pasaban de camino hacia los verdes valles de un Pirineo, que desde aquí ya comenzaban a vislumbrar, allí les esperaban los inclinados "praus" colmados de fresca hierba para las "guallas", que es como llaman a las ovejas por aquí, además del aire fresco y limpio de sus siempre anheladas montañas, cuyo recuerdo produce de manera invariable una dulce melancolía en todo montañés. Esto se halla al lado de la nacional 240 entre Barbastro y Huesca, a medio kilómetro del parador hostal homónimo suyo, y el más famoso sitio de la provincia de Huesca donde se ejerce el oficio más viejo del mundo. ¿Ocurriría lo mismo en tiempos medievales cuando la transhumancia se encontraba en su máximo esplendor?. Seguro, la jodienda y el dinero siempre han hecho muy buenas migas. Los fogosos pastores debieron dejar algún que otro ternasco por estos lugares.

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