El sarcófago del conde Sancho Ramirez, hijo bastardo del Rey de Aragón, Sancho I Ramirez. Por aquí circula la leyenda que este rey, siendo príncipe heredero, tenía en vilo a todas las doncellas y mozas de estos valles. ¡Estaba hecho un buen figura, el tío!. Después peregrinaría a Roma, se haría vasallo del Papa, se convertiría en un cruzado fundamentalista extremo y engendraría y educaría al Rey-cruzado más visceral de todos los reinos hispánicos: Alfonso I Sanchez, alias el Batallador.
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