sábado, 7 de noviembre de 2009

Vacaciones Octubre 2009

Regreso de unas merecidas vacaciones, que siempre anhelamos la gente del sufrido gremio de la hostelería, y vuelvo con las pilas recargadas dispuesto a zamparme el suculento festín del frenesí bloguer. Un verano de mucho trabajo en el hotel; y que dure, por lo menos hasta la huidiza y, espero que dorada jubilación. También he puesto a pacer mis vituperadas neuronas a lo largo y ancho de lecturas nutritivas, así como indudablemente placenteras, para el nuevo proyecto narrativo que me traigo entre manos. No se si saldrá algo en claro al fin,...esperemos que sí. La historia, de momento, ha conseguido un poder sobre mi verdaderamente absorbente; lo cual de momento, me ha dejado satisfecho, aunque me temo que el asunto va para largo. Unos días magníficos repartidos entre Esplús, Binefar y Barbastro, tres vértices emocionales claves de un íntimo triángulo vital mío.
La vieja iglesia de Esplús me reservó la grata sorpresa de su restauración... ¡ya era hora!, en 56 años que tengo, jamás vi poner las manos sobre ella a ningún albañil. Varias generaciones de niños de Esplús nos la conocemos como la palma de la mano, tanto que incluso podríamos recorrerla con una venda en los ojos, y llegar hasta el "chupitel",...por supuesto.

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