Pero lo que en verdad tiene relevancia en este lugar para mí, es que en esta casa de 1683, nació unos siglos más tarde mi amigo Toñito Benac Colomina, el gran Benac de los años gloriosos de vino y rosas, irreductible devoto del genio de Duluth, Minesotta (sobre todo incansable escuchador del album Desire, con el que nos dejábamos flagelar dulcemente, cuando rulábamos a nuestra puta bola, en aquel memorable Dos Caballos de la juventud hippie, que... ay!, nos ha abandonado para siempre). Esta entrada obviamente se la dedico a él, también culé hasta la muerte, aunque el Barça juegue en Tercera División, como suele decir. Una confidencia: durante mucho tiempo llevó gayumbos y calcetines con el escudo. Un abrazo, camarada, y a ver cuando te decides a venir por estas montañas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario