Esta destartalada guarida de cazadores despierta nuestra curiosidad. Las patas de jabalís de la puerta supongo que serán los trofeos cobrados en las bateas orgiásticas que los julais se metían en el cuerpo. ¡Qué tropa!. Por lo que se ve, ahora lo tienen abandonado, pues esa puerta hace tiempo que no se abre.
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