En el año 1143 Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona y príncipe de Aragón, dona a la Orden del Temple el castillo de Monzón y sus 27 poblaciones, constituyendo la Encomienda del Temple. El objeto de dicha donación era obtener de la renuncia de los templarios a sus derechos de sucesión, que poseían sobre los territorios anexionados de los musulmanes por Alfonso I el Batallador, en virtud del extravagante testamento de este último. Hasta su expulsión un par de siglos más tarde por Jaime II, los caballeros monjes controlaron el rico tríbuto del paso por el puente sobre el Cinca, y el lugar estratégico de la iglesia, perfectamente visible desde el castillo de Monzón y el Pueyo de Barbastro.
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