Un milagro de la primavera, que diría Antonio Machado. El sauce del parque presentaba este aspecto, a causa de de un tibio rayo de luz que le lanzaba el sol detrás de las nubes, con las gotas de la lluvia sobre sus hojas mojadas que completaban un cuadro sorprendente. Sin embargo casi siempre se nos escapan estos detalles, mientras caminamos por calles, parques u otros lugares obsesionados con nuestras tribulaciones cotidianas, y es entonces, cuando nos perdemos sin remisión los pequeños milagros de la naturaleza.
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