En este lunes lluvioso y nuboso tenía que hacer una gestión: llevar el coche al taller. La distancia de regreso hasta mi casa es considerable, y la he hecho andando claro, al comenzar la caminata estaba convencido que me mojaría; pero no, no ha sido así, el dios de la lluvía ha sido clemente conmigo. Como no tenía pensada ninguna entrada para hoy en el blog, pues he sacado la cámara, y me he liado a capturar imágenes. Aquí tenéis el resultado, mayor inmediatez imposible. Ese monte de detrás que tapan parcialmente las nubes, es Santa Orosia, junto a Oturia las montañas emblemáticas de Samianigo, que es el nombre en aragonés de Sabi, y que of course, nadie utiliza.
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